viernes, 13 de junio de 2008

Todo por rehusarme a ser Francella

En mis cuatro años acá, esta oficina supo ser un Infierno. Un Limbo. Un desierto. Un calabozo. Una burbuja. E incluso, recientemente, una máquina de tiempo.
Hoy es un dibujito animado.
Pastelito está reunido en la sala de conferencia. De vez en cuando sale y va corriendo a su computadora. Se sienta y protesta. –¡Esta no es mi silla!- refunfuña. Se para, atolondrado, busca la suya. Se sienta. Investiga algo en su computadora, lo anota en un post-it y vuelve corriendo a la sala de conferencias.
Espero que cierre la puerta. Voy hasta su escritorio. Ya le cambié dos veces la silla. Esta vez decido dejarla ahí pero sacarle las ruedas. Las escondo en su cajón. Vuelvo a mi lugar. Finjo disimulo y observo.
Pastelito sale corriendo y se sienta. –¡¿Quién es el graciosito?!- protesta. Pero no tiene tiempo de encontrar al culpable. Apenas refunfuña y vuelve a la sala de conferencias.
Sueno mis dedos, como Bugs Bunny antes de tocar el piano. Me levanto, voy hasta el escritorio de Pastelito. Hice esto de la silla tres veces. Si bien Victoria me mira sonriente esperando que lo repita, no quiero sentirme como Francella, obligado a repetirme. Decido subir un poco la apuesta. Desconecto el monitor de Pastelito. Vuelvo a mi lugar. Me siento. Miro.
Pastelito abre la puerta de la sala de conferencias. Va hasta su escritorio. Se sienta. Vuelve a protestar por la silla sin ruedas. Mueve el mouse. Lo vuelve a mover. Mira al mouse. Mira al monitor. Vuelve a mover el mouse. Toca el teclado. Golpea una tecla. Mueve el mouse. Se para. Mira alrededor, desorientado, como Kramer en el final del capítulo del estacionamiento de Seinfeld. Se sienta. Golpea al monitor. Nada. Se para. Revisa el cable. Lo enchufa apropiadamente. Se sienta. Suspira. Anota lo que tiene que anotar y sale corriendo.
Entrecierro los ojos. –Si tan sólo tuviera la cáscara de una banana para dejarla en el medio esto sería perfecto.- susurro.
Me paro. Voy hasta su escritorio. Desconecto, de nuevo, el monitor. Se abre la puerta de la sala de conferencias. Pastelito detiene su trote ridículo. Me mira. Frunzo los labios. Todo estaba tan cerca de ser perfecto.

17 comentarios:

katza dijo...

ay

Anónimo dijo...

ese ES will!

aby dijo...

ups ... o a la homero... "OU"

Paula Cejas dijo...

Ouch.

Anónimo dijo...

Uuuuuuuuuh! Bueno, podes decir que estabas poniendo el cable en su lugar, y que Victoria salga a defender tu coartada... aunque no se si sirva.

Jajaja, pero muy bueno :P

Exekiel dijo...

Te salva Victoria... te juego lo que quieras...

Buen finde...

Alejandrito dijo...

creo que aca se define lo que la chica siente, si te salva...

Lady Camila Carrara dijo...

al horno con papas.

Vic, do something.

Anónimo dijo...

huuuuuuuuuuuuu
la puta que los pario!!!!!

Anónimo dijo...

Bien ahí W!
Por fin algo de acción, el asesino nuevamente al acecho!
Y lo de Kraemer, justo anoche hubo un especial de Seinfeld en Sony y hablaron de ese capítulo, tanta genialidad no creo que vuelva a haber en pantalla.

Wilfredo Rosas dijo...

Rodrigo, vi el mismo especial. Y coincido con vos. Aunque nunca se sabe. Quizás quiero ser optimista en eso y volver a ser fascinado como alguna vez me sentí por el show de Seinfeld.

Anónimo dijo...

bien ahí wilson, el post de hoy posta que estuvo muy bien, un poco mas coherente con la genialidad de antes.
dejaste las drogas o se suspendió el "viaje a la india".
buen finde.

PD: reitero mi agrado con el post de hoy.

kipzy dijo...

D'oh!

Roncadera dijo...

ta mal si digo q el final era OBVIO?

Anónimo dijo...

porfi deja de fruncir los labios

Anónimo dijo...

Boludooooooooooo... con mucho cariño ajajja
mira que sos papanatas

Bardiel dijo...

Fuiste Willcito xD