martes, 24 de noviembre de 2009

Esféricos Rambos

El sueño manda a matones para que le den una buena golpiza a mis ojos. Pero mis ojos, dos esféricos Rambos, resisten. No se cubren con los párpados buscando protegerse o, al menos, amortiguar el dolor. No. Siguen abiertos. Siguen abiertos por más que sepan que no hay motivo alguno para soportar la tortura. Porque saben. Saben que el resto entero del cuerpo se ha rendido al sueño. Saben que no hay nada interesante desplegándose delante de ellos. Saben que el día afuera está nublado. Saben que no tengo trabajo en esta oficina. Saben que todas las personas jerárquicamente superiores a mí están en una conferencia y que lo van a estar por unas cuantas horas más. Saben que es tan fácil, y tan cómodo, rendirse. Cerrar los párpados y dejarse ir. Pero no. Esféricos Rambos.
Giro morosamente hacia mi costado. Y un puñal se retuerce en el abdomen de mis ojos. Ellos gritan y escupen sangre y se ríen y les preguntan a los matones si eso es todo. El gordo Spam ronca. Giro morosamente hacia mi otro costado. Ramiro ronca.
–Vamos, no tiene sentido seguir.- insta uno de los matones- Todo su cuerpo declaró la retirada. E incluso, miren, cuerpos aliados. Cierren los malditos párpados de una buena vez.
Mis ojos, ensangrentados, sonríen con esos labios y dientes ya rojos. –Siempre estuvimos solos en esta guerra.
Asomaron entonces sus cabezas. Como los soldados japoneses que, desconociendo el fin de la Segunda Guerra Mundial, permanecieron escondidos en bosques por décadas. Mis neuronas asoman sus cabezas entre los árboles. Escucharon los gritos de dolor y de resistencia de mis ojos. Reconocieron en estos un llamado. Se juntaron entonces y, en el piso del bosque, trazaron un plan de rescate.
A través de la sangre puedo ver al gordo Spam, ese ser interminable, devorador de comida chatarra y de chismes de la oficina, que sale con la hermosa de Majo. Y, al lado, a Ramiro, un oficinista bastante boludo que lo promoví a archienemigo al haber cambiado a mis espaldas mi chocolatín por el suyo.
Una de las neuronas asiente, mirando al plan trazado en el suelo. El resto comienza a asentir también.
Me levanto. Voy hasta Majo. Le sonrío. Me sonríe. –Te morís de sueño, ¿no?- me dice.
–No. Ni un poco. Jamás.- rugen mis ojos.
–Sí, la verdad que sí.- le digo yo- Encima con los ronquidos de esos dos…
Se ríe como se reiría una ardilla. –Se los escucha desde acá.
–¿A vos eso no te jode?
–No, me pongo los auriculares y listo.
Sonrío. –No, no… Decía cuando dormís… con…
–No.- se adelanta- Eso del gordo y yo es un mito. No sé quién empezó ese rumor.
Por un lado estoy aliviado. Siempre quise creer que eso era una mentira del gordo Spam. Busco que el alivio se muestre como sorpresa en mi rostro. –Ah, ¿sí? ¿Y lo de Ramiro también?
Echa su cabeza hacia atrás. –¿Qué? ¿Ahora estoy con ese boludo supuestamente?
–Supuestamente.
–Pero ni hablo con él. No entiendo. ¿Quién carajo vendrá con esos rumores?
Me encojo de hombros. Suspiro. –Hay dos opciones, creo.
Se acerca hacia mí. Puedo olor su perfume. Intento amputar el abanico de deseos que el mismo despliega en mí. –A ver…- se interesa.
–Sos una mina linda.
Sonríe. –Dale.- dice, incrédula.
–En serio. Muy linda. Por lo cual puede ser el rumor de alguna mina celosa y boluda que te quiera hacer quedar mal.
–Puede ser.
–Puede ser.- repito- O…
–O…- ayuda.
–O puede ser el rumor de algún tipo inseguro y boludo que quiera quedar bien. O dos tipos, con un rumor autoreferencial cada uno.
Frunce el entrecejo. –Decís que esos dos…
Vuelvo a encogerme de hombros. –Puede, puede.
–Yo los mato. Yo voy y los mato.
Mi mano sobre su antebrazo. Intento amputar, de nuevo, el abanico de deseos que el tacto suave y cálido despliega en mí. Le sonrío. –Pará, loca desquiciada.
–Pero se lo merecen.- dice.
–No. No. No se merecen que vayas y les digas cosas sin sentido, enojada, sin que puedas probar nada de todo lo que les decís.
–¿Entonces?
–Se merecen una elaborada venganza.
Usan el filo de sus relojes para romper la cinta que ataba a sus manos. Se liberan. Tosen un poco más de sangre. Renguean hacia fuera del sótano donde los golpearon y torturaron. Respiran, trabajosamente, aire fresco que tiene olor a dolor, a sangre y a libertad. Mis ojos resistieron, solos en una guerra ya perdida, y ahora permanecen de pie, viendo cómo se ha revertido la situación. El sueño ha sido vencido. Un objetivo, una venganza, se yergue como despabiladora meta en el horizonte. Y delante suyo se despliega una recompensa, le hermosa sonrisa de una hermosa mujer. Y los esféricos Rambos le devuelven la sonrisa.

12 comentarios:

r.- el corre ambulancias dijo...

despues de la maldad consumada si te pudiste dormir, no?

Claudia Perez dijo...

Que lindo acercarse a la persona que a uno le gusta cuando todo el mundo duerme y encima ejecutar juntos una vergüenza… Que bueno!! Me imagino que tenías tantas ganas de refregárselo a la cara a esos dos que te quitó el sueño... Me gustaría verles las caras amargadas y horrorizadas de Ramiro y del gordo Spam cuando consuman la venganza… je
Estoy poniéndome al día con tu blog, y te digo que es un placer leer tus posts... Es el mejor que he leído!
Saludos!
Claudia

Michelle Durán dijo...

Tienes lo que llamaría yo, un verbo riguroso. Se mantiene, y arde . En criollo hombre, escribes del carajo.

Roger Borratint dijo...

En serio, es muy superior la forma en que escribís.

Esa señorita tiene razón.

Fuera de las anécdotas y las venganzas y demás, la calidad de tu texto es ampliamente superior a la de cualquier blog que haya yo visitado.

Saludos.

daniela dijo...

woooow, escribis tan wooow
y una vez más para asegurarme que el mensaje llega a destino wooooowww

Anónimo dijo...

excelente, se podra vivir sin objetivos??

sera mejor inclusive vivir sin objetivos''??

me entro la duda.

Anónimo dijo...

Que bien que escribis viejo. Es increible como llevás el relato.
Muy muy muy bueno

Wilfredo Rosas dijo...

r.- el corre ambulancias,
Al revés diría. Pocas cosas son más estimulantes.

Claudia,
Muchas gracias por tu buena onda.

Michelle,
"Un verbo riguroso. Se mantiene, y arde." Muchas gracias por hacerme el destinatario de esa hermosa frase.

Rogelio,
Muchas gracias a usted también, señor Rogelio.

Daniela,
Muchas gracias por tus tres woooow. Es la primera vez que despierto tres wooow. Eso es muy... woooow.

Nacho,
Creo que no se puede vivir sin objetivos. Por más mínimos que sean.

Anónimo,
Más bien el relato me lleva a mí. Muchas, muchas, muchas gracias.

El Zumba dijo...

Te había perdido el rastro loco, menos mal que volviste!

Leyendo post viejos ya sé donde laburas, estuve ahi en una entrevista a principio de año, parece que no hice mal en elegir otro laburo o no?

Salute!

Cacahué Producciones dijo...

Las corbatas aprietan pero no ahogan

El bicho que camina dijo...

Wil,
hoy es mi cumpleaños, regalame un post!

Anónimo dijo...

es mi cumpleaños tambien jugate con un post.



bueno no es mi cumpleaños realmente pero es en verano (?)