martes, 22 de septiembre de 2009

Comité de fantasmas

Las oficinas están llenas de ellos. Infestadas, incluso. Por lo que, al comienzo, me fue difícil distinguirlos del resto.
Resulta que me visitaron tres fantasmas.
Ajá.
Los fantasmas de mi soledad futura, pasada y presente.
Los tres revolotean alrededor mío, cuidando no ser succionados por uno de los tantos bostezos que hienden al aire. Como un moribundo ve a los buitres que vuelan en círculos arriba, alrededor suyo, así los veo; y bajo luego la mirada, entre desganado y reacio a aceptarlos. Finjo trabajar. Finjo un objetivo sólido, necesario, más allá de ellos. Una meta hacia la cual arrastrarme. Pero estoy en una oficina. No hay nada de tal naturaleza acá.
Y ellos lo saben.
Los malditos lo saben.
Sonríen.
Sonríen cuando revolotean, mirándome.
Saboreándome.
Mis dedos se deslizan fatigados sobre el teclado, acariciando conjugaciones de letras y números cuyo sentido me es ajeno pero que, por algún motivo, me pagan por hacerlo. Mis ojos la buscan, huidizos, entre las cabezas que se elevan por encima de los boxes. Y el resto agónico de mi intelecto, apuñalado por aburrimiento, por sueño y por demasiadas hipótesis sobre lo sucedido el jueves pasado, se retuerce mirando las fotos de ella en MSN, y sus nicks, preguntándose por qué los cambia, si hay algún significado oculto, algún mensaje, tal vez, destinado a mí.
No hay nada.
No hay lugar hacia el cual arrastrarme. No hay roca que arrojarles para espantarlos. No hay amparo. No hay escape. Me tumbo, vencido, en mi silla y los espero, ofreciéndoles mi pecho.
El primero en hundir su pico es el fantasma de mi soledad presente. –Le tenés que decir algo.- insta.
–No.- rivaliza el de mi soledad futura- Eso sólo devendrá en un momento aún más incómodo y se terminarían distanciando aún más y más y más y él terminaría solo.
–Eso ya está pasando. Él ya está solo. No están hablando. No realmente.- insiste el primero- Bostezan sobre que tienen hambre o sueño o qué comieron o sobre algún chiste acerca de alguien de la oficina, como para pretender que nada ha sucedido, que él no la besó y que ella no le dijo que es lesbiana. Conversaciones así no pueden durar.
El fantasma de mi soledad pasada, compungido, lleva la mano a su frente. –No puede serlo.- dice con los ojos cerrados, casi en un susurro, como si le doliera hacer memoria- Las cosas que ella le decía. La tensión que hubo. Su mirada. Su sonrisa. No es lesbiana. Él le gustaba.
–¿Y entonces qué pasó?- increparon, al unísono, los fantasmas del presente y futuro.
El fantasma de mi soledad pasada me mira a los ojos. Sonríe apenas, con compasión. –Le dejó de gustar.
Asiento quedadamente, con los labios fruncidos.
Un café.
¿Cómo pude olvidarlo?
Incluso en la mayor adversidad, en el más abisal sopor, en el más delirante aburrimiento, siempre, siempre, existe la muletilla de un café.Uno se para. Recorre monitores ajenos con la mirada. Camina. Presiona unos botones. Mira por la ventana al cielo rajado por cables. Escucha los ruiditos de la máquina. Saca el vasito. Revuelve. Vuelve. Y busca, aún otra vez, alguna página en Internet para mirar con la nueva compañía de un café. Incluso si ya la ha visto se la vuelve a ver. Como si le mostrara a su pareja una película que uno ya ha mirado. Bueno, lo hace igual pero ahora con el café. Compartiendo. Compartiendo con un puñado de ácido endulzado en un vasito de plástico. Maldita sea. ¿A quién quiero engañar? No hay escape. No hay amparo.
–Aunque quizá tendría que hablarle.- se contradice el fantasma de mi soledad futura- Sino ella contará que salió con él, que le dijo que es lesbiana y el rumor correrá por toda la oficina en un segundo y ninguna mujer le prestará atención y terminará solo y—
–Para vos siempre, de una manera u otra, terminaré solo.- interrumpo.
–¿Qué otra cosa soy más que el fantasma de tu soledad futura?- retruca.
No importa. Debo intentarlo. Decido darle una oportunidad a la muletilla del café. Me levanto. Me arrastro hacia la cocina. Los tres picos se retiran de mi pecho, asustados por el movimiento. De todas formas, no huyen. Me contemplan atentos. Y me escoltan. Tengo que lograrlo. Tengo que dejarlos atrás.
No tardo mucho en lograrlo.
Se distraen. Se distraen con otros fantasmas. Se ponen a charlar con los fantasmas de los sueños de quienes trabajan acá. Y con fantasmas de amores no correspondidos. De romances de un alter office. Fantasmas de relaciones que nunca fueron. Fantasmas de renuncias que murieron sin ser pronunciadas. Fantasmas de esperanzas. De aumentos. De ideales. De culos alguna vez hermosos que fenecieron ante la corrupción de una silla nueve horas cinco días a la semana. De esperanzas. De fidelidades apuñaladas por romances de oficinas. De riñones asesinados por el café ácido de acá. El mismo café hacia el cual corría, desesperado, como si fuese mi última salvación.
Los miro algo impacientemente. Una cosa es querer huir de ellos y de su verdad y otra muy distinta es que me abandonen. Que incluso mi soledad me deje solo. Les chisto, invitándolos a la trinidad fantasmagórica a que desnude el camino que tengo que seguir, a cómo hacer para recuperarla a ella.
Pero no.
Conversan muy a gusto con sus colegas sin prestarme atención. Insisto, acercándome unos pasos, mirándolos con lo que supongo es una mirada intensa. Y por el rabillo del ojo me veo. Me veo reflejado en la puerta de vidrio que da al hall de los ascensores. La idea revolotea encima de mí y no espera a que me haya muerto para hundirme su pico. Me he convertido en el fantasma de mis fantasmas, acechando a mi soledad.
–Es tiempo que la deje atrás.- pienso.
Por el momento lo que dejo atrás es al comité de fantasmas. Voy a la cocina y ahí está ella.
–Te quería hablar sobre algo.- me dice.

18 comentarios:

Anónimo dijo...

Wil, los ultimos dos posts han sido los mejores de esta nueva temporada. Mas alla de la situacion horrible, escribis de forma mas encantada... sera que en los peores momentos personales uno puede crear cosas mas bellas.

Exitos!

Anónimo dijo...

Espectacular como escribir viejo. Da envidia leerte, sinceramente.
Quiero saber ya como sigue esta historia.

Anónimo dijo...

excelente. no tengo mucho mas que comentar. espero ansioso el nuevo posteo.

sabrina dijo...

xq todos insiten en decir q este es el diario de algioen? estas historias no son reales. si leen bien el blog desde el comienzo y leen el de donato ven q queda demostrado q es un escritor. q esto no es real. es todo imaginacion. o me equivoco?

Sebastián Defeo dijo...

Romina,
Muchas gracias. La verdad, me volvieron ganas de escribir.

Anónimo,
Muchas gracias. Espero sea envidia sana al menos. O con envidia enferma e hija de puta, la peor de las envidias... como decía Fontanarrosa.

Nacho,
Espere ansioso. Pero no por mucho. Intentaré actualizar entre 1 y 2 veces por semena.

Sabrina,
Si leíste tan bien el blog como decís, sabrás (quizás) que en varios comentarios de varios posts ya dije que nunca voy a decir si algo es cierto o no es cierto, si modifiqué la realidad, si inventé todo o si documenté todo. Escribo y eso es todo. Espero sea suficiente.

Sebastián Defeo dijo...

Fontanarrosa decía eso en un cuento hermoso, el último cuento de "Te digo más...", un gran libro de cuentos.

Unknown dijo...

Que incluso mi soledad me deje solo....

Genial!! Mas bajo no se podria caer y en esa frase queda exelentemente graficado!!

Si es realidad adornada o puros cuentos... como sea... nacen y se inspiran siempre de una realidad. Y siempre... siempre son de un escritor... sin la intervencion de este.. no habria ni una cosa ni la otra.
Lo importante es lo q siente el lector cuando las consume. Y q cada uno crea lo q le haga mejor.
Sabri... si volves... por algo sera...

VitoAndolini dijo...

genio will. una alegria enorme poder leerte de nuevo y mas con esta calidad :)

Anónimo dijo...

Sabrina, por dio'.

Este espacio es de Wilfredo y él hace lo que quiere y al que no le guste que vaya a otro lado.

Escribe como los dioses. Cada vez mejor. Los que disfrutamos de él nunca preguntamos si sus historias son reales o ficticias. Si él y Donato son o no la misma persona.

Solo nos metemos en el alma de su o sus historias y así disfrutar al máximo cada lectura.

Will seguí así.

Chapa.

Cris dijo...

coincido con quien dijo que los ultimos dos post son de lo mejor! realmente muy buenos! Grande pa!, digo, Will! =)

Tomy Varano dijo...

Wil,

Vengo leyendote ya desde hace mucho tiempo, y sinceramente, esperaba que volvieras a este tipo de "bitácoras". Sentí como que la etapa anterior se había cerrado de manera muy abrupta y me había dejado con sabor a poco.
Pero ahora estás escribiendo de vuelta de manera atrapante, y me encanta poder volver a sentirme un seguidor de este blog, revisando varias veces por semana que hayas actualizado.

Un gran abrazo!

sabrina dijo...

me molesta q tan pocos d nosotros comentemos
deberias tener mas comentarios
cuanta gente entra x dia wil?

Wilfredo Rosas dijo...

Tomy,
Contento por tu regreso.

Sabrina,
La cantidad de comentarios siempre ha sido un enigma para mi. De todas formas, cantidad no significa calidad.
Con respecto a la cantidad de visitas, el contador está a la vista. Pero según las estadísticas es entre 70 y 150 personas únicas por día.
Hubo tiempo, en el 2007 creo, en el cual había 1.500 visitas por día. Pero los tiempos cambian. De todas formas, de nuevo, cantidad no significa calidad.

El Vocero dijo...

Dos bibliotecas:
Los comentarios nutren al blog;
La calidad no es medible por la cantidad de comentarios.

Yo? Qué importa.
Visitas? Pues sí, también me fijo en eso.
Comentarios? Qué importa eso, si quién escribe lo hace para que lo lea alguien. O acaso Picasso pintaba para las bóvedas de los bancos?
También a veces para que comenten, lo halaguen, le acaricien el lomo aumentando su estrechez mental.

No sé ni yo como vine a parar acá.
No gastaré mi tiempo en preguntármelo.

Pero me quedo.
No. Más que eso. Te enlazo, así te puedo vigilar de cerca, como Pastelito...O peor que él...


Abrazo

Vikky dijo...

Mi querido Wil,

Como siempre, te leo a la distancia (y cada vez más lejos!), y me maravillo con tus relatos, esta temporada estás romanticón... me gusta!!

Sabrina: como dicen todos, intentá disfrutar de lo que lees, y si no lográs creer en Peter Pan, una lástima, perdiste al niño que llevás adentro...

Beso rosarigasino, como siempre, Wil, pero ahora desde Ushuaia.

Vikky

Claris dijo...

Te sigo para leerte más seguido! Recién entro por primera vez e intuyo que no será la última. Gracias por tu comentario.

El Vocero dijo...

Hola..de nuevo.
He leído con más profundidad algunos de tus posts.
Cada vez me convenzo más que tipos como Sartre a más de uno nos cagó la existencia. Por ampliar horizontes? Por preguntarnos demasiado? Pues no sé, eso está en puntos de vista.
Nada, solo una reflexión, algo estúpida quizás...Pero tenía ganas de decirlo.

Anónimo dijo...

Me preocupas, tanta tensión puede terminar convirtiéndote en un psicopata. Que la mayoría de los psicopatas asi han nacido. Algo se debe hacer.