viernes, 2 de octubre de 2009

Como el buen Mr. Punch

Las miradas me recorren de la misma manera que se pueden posar sobre lo deforme o lo condenado: asqueadas aunque fascinadas.
–¿Usted cómo se declara, Mr. Wilfredo Rosas?
–Inocente.
Un silencio escolta a mi voz, apenas desmenuzado por el sonido de los abanicos. Giro hacia el juez y veo a sus ojos clavados en mí, con desaprobación y hasta asco. Una gota de sudor cae desde su peluca victoriana, atravesando su rostro. Lo pongo nervioso.
–Usted es cualquier cosa menos inocente.- desestima el abogado, con su índice en alto.
Me encojo de hombros. –Bueno, después de todo… todos nacimos del pecado.- retruco.
El público estalla en rumores. El juez pide silencio, de mala gana. Supongo que no es un buen momento para aclarar que era una broma y que soy ateo. Las cacerías de brujas eran por esta época. A ver si alguien acusa oler azufre y me queman vivo por creerme la encarnación del demonio. ¿Quemaban en la época victoriana? ¿O la pena de muerte era con la guillotina? ¿La horca? Cómo se me han escapado ciertos datos… Si tan sólo pudiera yo escaparme con ellos.
–Mr. Rosas… Usted sin duda es culpable. Su habilidad con la lengua ha corrompido a señoritas, llevándolas a realizar las acciones más desvergonzadas. Tal ha sido el caso con la señorita Lucía.
Si tan sólo pudiera yo escaparme con mis olvidos. E ir por ahí, por la Inglaterra victoriana que desde su implacable moral juzga lo que he hecho, estrechando las manos de gente que en esta época está viva. Músicos, pintores, poetas. ¿De qué estupidez estoy hablando? ¡Mujeres! Con sus vestidos, con sus rostros y cuerpos de antaño. Dios, cómo amo las mujeres de tiempos pasados.

Los ojos del gordo Spam me recorren con la morosidad de quien no entiende pero quien no está demasiado apurado por comprender. Aunque hay cierto destello de impaciencia.
Le molesto. Es claro que le molesto.
El gordo de Spam es el más chismoso de los chismosos de la oficina. Lo cual es decir mucho. Los chismes son en una oficina lo que los cigarrillos son en una cárcel. Y ahora se ha enterado que salí con Lu y que la amé, lo cual no es un eufemismo sobre haber tenido sexo con ella, no, sino que realmente la amé y que ella me rechazó, contándome que es lesbiana.
Es alarmante cómo mi vida de repente se ha parecido a un guión de telenovela.
Y él, el gordo de Spam, está en su computadora pensando cómo divulgar el chisme. Es como alguien que se ha preparado un buen sándwich con un buen vaso de Coca Cola y cambia de canal, por cinco, diez, quince minutos, buscando el programa justo, el momento ideal, sin tocar siquiera el sándwich, para entonces sí dejar el control remoto y dedicarse a comer mirando algo de su agrado. Pues bien, yo soy las fetas de jamón que quedaron en la heladera, viniendo a reclamar a mis compañeras aprisionadas entre pan, queso, tomate y mayonesa. Y un pepino, tal vez.

–Usted es indudablemente culpable, Mr. Rosas.
–Una lástima: la duda es una cosa hermosa.
El público vuelve a estallar en rumores. Debería enmudecer mis pensamientos. No es prudente estar siendo juzgado por lo que hice y andar burlándome hasta de la muerte como Mr. Punch. ¡Ahí está! Los ingleses no usaban la guillotina. Ellos colgaban. Sí, me van a colgar.
–Usted sedujo a la señorita Lucía, la engañó, logró que acepte su plan macabro.- acusa el abogado.
“¡Usted será colgado hasta que muera, muera, muera!”, dijo el juez. “¿Qué? ¿Voy a morir tres veces?”, dijo Mr. Punch. Qué buena novela gráfica. Aunque me costó entenderla, confieso.
–Por momentos pienso que, mientras le hablo, usted está pensando en cualquier otra cosa.- dice el abogado.
Suspiro. –Si lo hice es porque tuve su aval.
–¿De quién?
–De Lu.
–¿Quién?
–La señorita Lucía.
El público estalla en rumores. Es inútil seguir justificándome. Ya estoy condenado. “Mr. Punch, ¿está usted muerto?”, dijo el médico. “Sí”, dijo Mr. Punch.

–¿Te puedo ayudar en algo?- apura el gordo de Spam.
–Tu mail.- le recuerdo- Te dije que abras tu mail.
–A ver…

El abogado me mira confundido. –Usted dice que ella lo avaló. ¿Por qué?
No hay manera que pueda contarles porqué. El motivo es ajeno a este tiempo victoriano, yace en el futuro. Y no puedo traer el futuro acá, a esta corte. El futuro para esta gente es Poison, por ejemplo. ¿Cómo explicarles que luego de sus refinadas artes devendría una banda como Poison? Se desmoronaría. Esta corte moral se desmoronaría. Y, aunque afrento la posibilidad de ser colgado, debo contemplar la más remota posibilidad de estrechar la mano a algún artista que tuvo el descaro de conmoverme y morir un siglo antes de mi nacimiento. O de encontrar a alguna mujer con sus vestidos y sus maneras.
El abogado frunce su ceño. –¿Piensa contestarme?
Suspiro.

El gordo de Spam abre el mail. Ve que está destinado a todos los de nuestro grupo. Lo lee. Se rasca la nuca, confundido. –Pero…- balbucea.

Tal vez si no lo citara. Tal vez si dijera que la frase es mía y no de Borges. Tal vez no estaría trayendo el futuro hacia esta corte. Pero entonces habría alterado la continuidad del tiempo y vaya a saber qué embrollo a lo Volver al futuro desataría.
El abogado me mira, impaciente, esperando a que escupa mi confesión. El juez me clava sus ojos inflados con odio y desaprobación. Y desde el público, una miríada de cuchilladas. Pero, incluso acorralado, nada debe importarme. Como el buen Mr. Punch. “¿Dónde está el bebé?”, dijo Judy. “¿Qué bebé?”, dijo Mr. Punch después de haberlo arrojado por la ventana. “Acá estaba nuestro bebé”, insistió Judy. “No, ningún bebé.”, dijo Mr. Punch.
–¿De qué otra forma se puede amenazar que no sea de muerte? Lo interesante, lo original, sería que alguien lo amenace a uno con la inmortalidad.- digo, citando a Borges sin citarlo.
El abogado se rasca la frente. –Se refiere que usted…
–Teniendo el aval de Lu… bueno… Decidí que lo mejor que podía hacer con el gordo de Spam era quitarle el sándwich y el vaso de Coca Cola y apagarle el televisor.
El público estalla en rumores. ¡No se le entiende!, señala uno ajeno a lo que dije. ¡Está hablando en un lenguaje satánico!, acompaña otro, incrementando la acusación. ¡Cortémosle la cabeza!, pide uno. No, acá en Inglaterra colgamos; no usamos la guillotina, aclara otro. Ah, recapacita el primero.

Le quité el chisme de la boca. Eso hice. El mail que mandé, aclarando lo sucedido entre Lu y yo está circulando entre todos de la oficina. La intención de tal mail, según escribimos Lu y yo, es evitar malentendidos a futuro. El chismoso se quedó sin chisme. El chisme se volvió en el chismoso. Y el chismoso se volvió en lo que siempre fue: nadie. Un rostro más, encerrado en una oficina en un día hermoso, sin ningún cigarrillo extra que lo distinga del resto.

Vuelvo hacia mi asiento. La veo a Lu. Me sonríe, cómplice. Sí, ella está de acuerdo. Alrededor mío va desmoronándose toda la corte victoriana. Quedó atrás mi juicio y mi posibilidad de encontrarme con algún artista y con alguna de esas encantadoras mujeres. Supongo que si el universo tiene 15.000.000.000 años y uno 27, de vez en cuando hay que cagarse un poco en todo. Como el buen Mr. Punch.

24 comentarios:

Sonia dijo...

Hago mías tus palabras:
"Su habilidad con la lengua ha corrompido a señoritas" sisisisisisisi jajaja...

Es tan bueno tenerte de vuelta... :)

M* dijo...

es un placer leerte nuevamente!!

besos desde rosario!!

M*

exekiel dijo...

wil, olvidate de lu y sali con sonia q esta muerta con vos!!! quueremos verte bien!!

Anónimo dijo...

sonia suena a vieja

ce dijo...

creo q wil es un GRAN seductor

Sebastián Defeo dijo...

Sonia,
Es bueno estar de vuelta. Me encantó el "sisisisisi."

M,
Debido al Negro Fontanarrosa, todo lo que proviene de Rosario me vale el doble. Hacía que dobles muchas gracias.

Exekiel,
Coincido con vos: yo también quiero verme bien. ¡Gracias!

Anónimo,
Con vos no coincido.

Ce,
Pero muchas gracias, señorita.

El Bicho que camina dijo...

Grande Wil! es que me imagino la cara del gordo Spam...
Suerte tenerte de vuelta!

Anónimo dijo...

eeeeeeeeeeeeese es el wil sangriento q queremos todos!!!

Anónimo dijo...

ja, la mejor!!!!

te juro que leo "el gordo de spam" y me sonrio. soy publico facil, me voy a ver rial(?) chau!

sabrina dijo...

deberias tener mas comentarios

Sonia dijo...

Pasa que estamos muy dispersos...todos...

Anónimo dijo...

xq andamos dispersos, sonia?

Blondie dijo...

Che Sonia no es vieja y tampoco se llama sonia de verdadaverdadera y sisisisi está muerta con Wilfred..

(testimonio de una amiga)

Anónimo dijo...

recien descubri este blog, lo lei desde el principio, bah, lo chusmee, y fue agradable descubrir a otro q tambien laburo en esa misma mierda q labure yo por años. Yo tambien conoci a piera! yo tambien me fui con indemnizacion! me pase toda la mañana en el laburo tratando de adivinar quien sos y quienes son los otros personajes!
por dios, una pista!

Sonia dijo...

jajajajjaja ay ay Blondie celestina...
Bueno...Wil, creo que es hora ya. No te parece? :P

Sonia (otra vez, si) dijo...

Yyyy...estamos dispersos porqueemm...después del momento de silencio de Wilfre nos ausentamos nosotros también (los comentadores)...no?...Eso quería decir :S

la telenovelera dijo...

Y? SONIA (O COMO TE LLAMES) LE MANDASTE UN MAIL A WIL? WIL, LE CONTESTASTE? QUIERO VER UNA FOTO DE SONIA Y, MUCHO MUCHO MUCHCI MUCHO MAS TODAVIA UNA FOTO DE WIL! XQ NO TE POSTEAS UNA FOTITO TUYA, WIL?????

Anónimo dijo...

quizas...el mejor post...y sí...Wil, es un GRAN seductor...

Anónimo dijo...

Wil aca estoy por primera vez "invadiendo"ti blog
gracias por la buena onda!
L*

Anónimo dijo...

Wil aca estoy por primera vez "invadiendo"ti blog
gracias por la buena onda!
L*

Sonia dijo...

MMMM....Siiiiii señores!!! yo también quiero una foto de Wil!
Gente linda que lee este blog: soy muy tímida para mandarle un mail al Sr. Rosas...

exekiel dijo...

la timidez te va a dejar sola y deseando, que cuesta un mail? vamos!

Sonia dijo...

Woow! wooow....exekiel creo que estas exagerando un poquito cuando usas las palabras "sola y deseando"...
Un mail no cuesta mucho, es verdad...

Anónimo dijo...

yo quiero actualizacion me canso de apretar F5 sin resultados! jaajjaja salute