martes, 19 de octubre de 2010

Porqué no me gustan los días soleados

Porque me recuerdan que no estoy bajo el sol.
Porque almorzar un sandwich en la plaza de la vuelta bajo el sol no es estar bajo el sol de la misma manera en la que meterse en una pelopincho no es meterse en el mar.
Porque ella se ve más linda aún en días soleados.
Porque ella no va a almorzar en la plaza de la vuelta en días soleados.
Porque todos los imbéciles de la oficina dicen variaciones de "Qué día hermoso para no estar acá" y odio concordar con imbéciles.
Porque mi última defensa contra lo que dicen los imbéciles es el autismo de los auriculares y la música que me gusta no combina con días soleados.
Porque ni siquiera me espera una pelopincho a la vuelta.
Porque ella lleva al sol en su piel y entre su piel y yo hay un abismo.
Porque no sólo estoy en una oficina en un día soleado sino que estoy en un curso sobre un nuevo programa que es como el anterior pero no del todo.
Porque los edificios y cables y mugre intentan amputar el cielo pero él no cede, no, sigue ahí, vivo y latente, como un flautista de Hamelin, seduciéndonos para que nos escapemos de la ciudad con él.
Porque efectivamente quiero escaparme de la ciudad y echarme en el pasto con ella y decirle que cualquier día es soleado si ella sonríe pero entre su sonrisa y yo hay un abismo.
Porque ostentan posibilidades que no puedo concretar.
Porque he vivido mucho tiempo disfrutando desde el otro lado de la ventana y ya quiero estar ahí.
Porque donde se mira es donde se desea y no miro acá. Miro allá.
Porque dar porqués es explicarse o disculparse y, según Neil Gaiman, ni en la escritura ni en la vida hay que explicarse o disculparse ya que eso significa que hiciste algo mal.
Porque seguro escribió eso en un día soleado, del lado de allá de la ventana.

12 comentarios:

matilda dijo...

¡Genial! Como siempre.

Anónimo dijo...

Mencantó lo del abismo.

Para mi los días de Neil Gaiman son siempre soleados.

Sol.

Diego dijo...

dios mio... no puedo sentirme mas identificado che...
saludos

Miño dijo...

Sin duda lo que más apesta de los días soleados es la carencia de ellas. El resto es soportable.
Saludos de un nuevo aficionado a su blog.

Pau... Muna. dijo...

Sí, es así, me pasa igual. Wil no desaparezcas tanto tiempo, che!

Anónimo dijo...

Ay niño... Porque tendrán tanto encanto tus líneas siempre?
Por qué?
Aunque 332 km parezcan una eternidad, simples líneas como estás lo acrcan a uno y acortan un abismo tan grande cono esa distancia.

C

F.R.B. Administracion de RR.HH. dijo...

Muy bueno, como siempre, y esta frase
..." quiero escaparme de la ciudad y echarme en el pasto con ella y decirle que cualquier día es soleado si ella sonríe"...
me trajo recuerdos, por suerte de un amor que si fue correspondido

M.E.A.B. dijo...

¿Por qué no estás con ella?

Silvy dijo...

Llegar por azar hasta acá y encontrar este escrito que es como un espejo donde me veo, es un gran hallazgo.

Dav dijo...

Will, ¿por qué tardas tanto entre un post y el otro? Eres simplemente genial.
Saludos.

Dav dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Wilfredo Rosas dijo...

Muchas gracias a todos por la buena onda.