miércoles, 30 de septiembre de 2009

Inestimable

Lo tengo que hacer. De vez en cuando lo tengo que hacer y si lo hago es porque soy un tipo tierno.
Sé que semejante comentario, más aún en quienes hayan leído el abanico de crueldades que realicé en años pasados, despertará sonrisas incrédulas, irónicas, a la expectativa de un giro de rosca, de una maldad durmiente en el instante previo a ser despertada.
Pero la verdad es que soy un tipo tierno.
Ejemplo: Father Ted.
Llegué a la serie Father Ted gracias a Graham Linehan. Llegué a Graham Lineham gracias a The IT crowd. Y llegué a The IT crowd gracias a mis diarias lecturas de Espoiler durante almuerzos calentados en microondas y devorados sigilosamente frente al monitor.
Había bajado los 25 capítulos totales de Father Ted. Al ver el primero, francamente, no me gustó. Me resultó lento. Trucho. Y, siendo ateo, un programa de curas no me llamaba la atención. Pero pronto me dije que tampoco me habían gustado los primeros de The IT crowd. Así que decidí darle otra oportunidad.
Al par de capítulos empecé a querer a los personajes. A quererlos en serio.
El padre Ted Crilly es ese tío bueno que todos buscamos en reuniones familiares. Es honesto, bueno, robó ciertos fondos de la iglesia... ¿pero quién no? Es paciente, bueno, ha insultado hasta a Dios... ¿pero quién no? Es creyente, aunque observó: "Los fascistas se visten en negro y le dicen a la gente lo que tienen que hacer. Mientras que los curas... eh... bueno."
El padre Dougal McGuire, si bien no me caía bien al comienzo, resultó un entrañable personaje, tonto hasta el punto de imbécil pero siempre simpático y con afiladas críticas a la religión y la iglesia, hechas desde su infantil mirada.
El padre Jack Hackett, ese viejo estropeado por el alcohol que lo único que podía decir era “¡culo!”, “¡chicas!”, “¡whisky!” y algún que otro insulto, era sin dudas un personaje maravilloso.
Y Mrs. Doyle… esa fea, fea mujer que les traía el té y tortas y limpiaba y cambiaba las tejas del techo. ¡Ah...! Me encantaría envejecer, ya viejo y decrépito, al lado de alguien así. Me encantaría. La ternura que me dio esa mujer.
Un par de capítulos luego, empecé a decirme: “Es imposible que hagan otro capítulo más.” Pero ahí estaban los próximos 20, esperando en mi computadora.
Déjeme explicar.
Father Ted es una comedia situada en una parroquia campestre en una isla ficticia, remota y minúscula de Irlanda, llamada Craggy Island. Al quinto capítulo, como es lógico, supuse que era imposible continuar. No tenían nada de qué agarrarse. Era el concepto de Seinfeld de un show sobre nada pero llevado al extremo. ¿Cuántas más cosas pueden suceder en una parroquia campestre en una isla lejana y olvidada?
¡Ah...! ¡Graham Linehan, viejo y peludo!
Cada capítulo, ideas nuevas y frescas. Cosas que los yanquis jamás se animarían a probar. Críticas mordaces. Tramas delirantes. Personajes entrañables. Y el sentimiento casero de fondo. De que no se preocupaban por ratings ni nada parecido. De que se divertían haciéndolo. De que esa parroquia era real. De que eran amigos de uno. De que uno los conocía. De que uno los quería.
Cometí el error.
Cometí el error de tratar de volverlo real, de buscar Father Ted en Wikipedia mientras la estaba mirando. Me enteré que el actor que interpreta a Ted murió poco después de haber filmado el último capítulo, lo cual tejió a los capítulos restantes con una melancolía increíble.
No sólo eso.
Me enteré que dos islas remotas y minúsculas de Irlanda se habían disputado cuál de las dos era Craggy Island ya que querían hacer un festival sobre la serie. Un festival sobre la serie, sí. En una isla remota. Sí. Ahora, ¿cómo decidieron cuál era? ¿Abogados? ¿Votos? ¿Dejaron que un ejecutivo de la cadena de televisión lo determinara? No. No, no. No. Lo decidieron con un partido de fútbol. Como cuando Ted era el DT de un equipo de fútbol con curas de 90 años y la hermosamente fea Mrs Doyle leía un libro llamado "Fútbol para mujeres", con una portada de telenovela, y hacía las de porrista. De la misma manera. 5 contra 5. Isla contra isla. Ahora, por favor, imagínense al verdulero, al kiosquero, al panadero, al carpintero y al campesino de una islita fría y olvidada jugando contra el zapatero, el cura, el hijo de la doctora, el pescador y el cartero de otra islita fría y olvidada, decidiendo quién era Craggy Island. Imagínense la angustia del que perdió. Imagínense lo que dejaron en el partido. Imagínenselo.
Eso no pasa con una serie yanqui. Esa clase de dulzura, de amor, de cariño. De compromiso. No pasa.
Y eso me conmovió. Creo que conmoverme por algo así me convierte en un tipo dulce.
Por eso tengo que hacerlo. Tengo que, de vez en cuando, recordarme que todo no es dulzura. Que el universo tiene 15.000.000.000 años y yo, 26. Que la humanidad es una sucesión de oscuridades apuñalada de vez en cuando por destellos de luz. ¿Cómo lo hago? ¿Cómo me recuerdo el lado oscuro? Prendo el noticiero. O voy al cine a ver una película pochoclera.
Como hice con District 9.
Ah, qué lavado maravilloso de dinero que es District 9. Si alguna vez se encuentran en el apuro de lavar varios millones de dólares vean la película. Les enseña con maestría cómo hacerlo.
Lo curioso es que la crítica no lo ha observado. Y la gente, aparentemente, tampoco.
Hace tiempo que Hollywood crea nuevas películas uniendo conceptos de dos películas ya hechas. Al azar. Tienen un tazón enorme con pelotitas donde están escritos los nombres de todas las películas. Un ejecutivo revuelve ante un escribano público. Saca una bolita. Lee el nombre. El escribano lo anota. Saca otra bolita. Lee el nombre. El escribano lo anota y le pasa, entonces, los dos nombres a otro ejecutivo, quien los escribe en un pizarrón enorme que durante meses será leído una y otra vez por mil monitos con mil maquinitas de escribir.
Ahora, ya saturados creativamente los pobres monitos, los de Hollywood han decidido el revolucionario concepto de sumar otra bolita. De tal manera, District 9 es la unión de Robocop, La mosca y Hotel Ruanda.
Ahora, la premisa de la historia (Hotel Ruanda) es interesante. ¿Pero qué pasa? La premisa no es todo. Como dijo Gabriel García Márquez: lo importante no es vivirla, sino contarla. Romeo y Julieta es una historia de dos familias que no se soportan y un pibe de una y una mina de la otra se enamoran. Nada más. Ahora, contada por Shakespeare es otra cosa. Tiene siglos y siglos y sigue en el imaginario colectivo.
Pero la crítica desangró elogios para District 9, subrayando su papel denunciador. Su carácter comprometido. Por más que sus diálogos sean torpes.
En el cine vi a gente descostillándose de risa cuando un personaje explotaba debido a las armas alienígenas. Lo cual pasaba más de una vez. Supongo que está bien, aunque es bastante estúpido, reírse por algo así en una película escapista-pochoclo. Pero esta película se propuso ser otra cosa más que una película escapista-pochoclo.
Observar que eso hacía reír a la gente, algunos descostillados de la risa, sin dudas me hizo quitar una capa de dulzura.
¿Qué más? A District 9 le falta sutileza.
Y advierto que en este párrafo cago el final. Si no quieren que les cague el final, pasen al párrafo siguiente. Cuando en el final la vemos a la mina viendo la flor de chatarra y diciendo "Mis amigas me dicen que no puede haber sido de él..." era mejor dejarnos con esa imagen, de la mina especulando, pensando, deseando. Pero no. Nos lo tienen que mostrar al tipo transformado en bicho haciendo la flor. Nos tienen que quitar la fantasía, la reconstrucción que el espectador hace ante una obra, la emoción. Porque ya sabíamos que era él. Pero así y todo nos lo tuvieron que mostrar. Así de poco vuelo tiene la película. Quizá sea necesaria su estupidez. Al lado mío en el cine uno exlamó en ese momento: "¡Claro! Ese es el tipo transformado ya en bicho.", lo cual demuestra mi poca fe en la humanidad. Y que otra capa de dulzura se cae.
Otra cosa interesante, a mi parecer, es que la película se propone contar algo distinto. Evolucionar tal vez el cine. Traer nuevos recursos. Nuevas historias. Da esa imagen. Ahora, para emocionarnos recurren a un instrumento musical que tiene siglos de antiguedad como el violín. Ahí, en esa estupidez, en lo aparentemente irrelevante, está la punta del iceberg a mi criterio. Es más de la misma mierda de siempre.
Pero la crítica y la gente la ponderó.
Otra capa de dulzura cae. Y al caer me doy cuenta que nada vale la pena. Que nadie ríe con Father Ted. No. Ríen con un hombre que explota. No pueden imaginarse envejeciendo junto a Mrs Doyle sino, ya viejos y decrépitos, deseando a la Megan Fox de turno. Que no hay sutileza en el mundo. Que no hay poesía. Que el universo tiene 15.000.000.000 años y yo 26, casi 27, y no estoy yendo hacia ningún lado con mi vida y que la mujer que amé me dijo que no y que un gordo pelotudazo amenaza con decírselo a toda la oficina.
Sus ojos se levantan morosos hacia los míos. –¿Qué pasa?- me dice el gordo de Spam.
Sonrío. Como habrán sonreído algunos al comienzo, esperando el giro de tuerca, la maldad durmiente en el instante previo a ser despertada. Y, al sonreír, cae la última capa de dulzura.
–Mirá tu mail.- digo apenas en un susurro, como quien contiene una risa.

26 comentarios:

Vikky dijo...

Se siente el olorcito a venganza...!! Por favor, actualizá esta semana!! =D


Besos con nieve desde el Fin del Mundo, Wil!

Sebastián Defeo dijo...

No sabés cómo me gusta que alguien me lea desde Ushuaia. No sabés cómo me gustaría vivir en Ushuaia.

Sebastián Defeo dijo...

Ah, me olvidaba... ¡Muchas gracias a todos! ¡180.000 visitas! Eso es como... mucho. ¿Cómo sé que es mucho? Fácil. Si 180.000 caramelos Media Hora son una enormidad de caramelos Media Hora... imagínense 180.000 personas.

Lucre dijo...

Dale, hace alguna maldad, de esas que hacias antes, que son como esas pequeñas venganzas que me gustaria hacer a mi pero no me animo, mas que nada porque aca hay camaras hasta debajo de las sillas. Y ya que lees Espoiler y veo que te gustan las series inglesas, es probable que te guste Psycohville. Es cortita, enferma e inolvidable.
http://blogs.elpais.com/espoiler/psychoville/

Wilfredo Rosas dijo...

La tenía en la lista para bajar, Lucre. Si la recomendás, le doy prioridad.

Cris dijo...

Cada dia mejor! Cada vez mejor! Felicitaciones Will!
Y que triste verdad eso de que se perdio la poesia y la sutileza... sera que la masa se vuelve cada vez mas estupida y es requisito hacer las peliculas explicitas en demasia para que la puedan entender?... Ojo, que si tenemos en cuenta que un gran porcentaje de la poblacion (la mayoria) dedica varias horas a Rial, chiche, tinelli (y no sigo porque se hace largo), no es de extrañar que la calidad de las peliculas baje... asi solo de esa forma pueden consumirla las masas... es una de las cosas que me molesta mucho del cine (y tv) de hoy en dia... cada vez es peor... resulta hasta insultante...

sabrina dijo...

estas en lo cierto, esta lleno d gente mediocre escuchando music mediocre y hablando d rial y d otras pelotudeces y del regreso de viejas locas....... osea viejas locas???? vayanse a la mierda... piensan q en 30 años alguien va a escuchar viejas locas? o la mancha de rolando? o los piojos? lo piensan en serio? hay tantas cosas bien hechas y brillantes ahi afuera pero la mayoria se quedan con lo mas imbecil y superficial y lo q los medios le dan d comer con una cuchara...... sin ir mas lejos.... se viene la 3 pelicula d ben stiller... la d la familia d mi novia... la de meet the fockers.... en serio!!! estas cosas me hacen sentir muy indignada.... muy muy... me siento sola

Wilfredo Rosas dijo...

Cris y Sabrina,
Creo que la epidemia de estupidez es un patrón de doble causa.
Más allá de los incontables beneficios provenientes de tener a gente imbécil que acepte sin dudar, está en los medios masivos la necesidad de gustar. Ya que si algo gusta, factura.
¿Qué pasa entonces?
Se nivela hacia abajo. Se piensa en el público a priori. Y el público en su buena parte es pelotudo. Van a ver pelotudeces no sólo porque se las venden por todos lados, sino porque se sienten cómodos. La pelotudez no te desafía. Tomemos el ejemplo de Rial que mencionaron. La gente que mira programas como tales aprende quién se acuesta con quién, quién quedó embarazada, quién se separó con quién, quién insultó a quién, quién se amigó con quién, y quién se casó con quién. Quizá alguna que otra acción más. Los nombres de los quienes van variando a medida pase el tiempo. Pero es un circo. Un flujo colorido de colores y contradicciones y pasiones que los deja obnubilados, fascinados como un chico mirando a Barney. Porque hay gente que no quiere otra cosa. No quiere incomodarse con la vida. Con asuntos más procupantes. Hay personas como Dolina que se entristecen en saber que no podrán en su vida leer todos los libros que quisieran leer por una cuestión de tiempo y hay gente que prefiere lo simple. Enterarse de algún rumor sobre el quién de turno.
¿Y qué pasa con los medios? Piensan en cómo complacer a todos. Porque la obra tiene que facturar. Tiene que vender. Entonces todo se vuelve higiénico, pensado y analizado en función de captar una mayor cantidad de público.
Y la mayor cantidad de público no se entristece por todos los libros que no llegará a leer. No. Se entretienen sobre los quienes de turno y sus andanzas.
Y el arte a mi parecer, el arte verdadero, y con perdón de la expresión, el arte te la mete por el culo sin pedir permiso. El arte verdadero te incomoda. Te cambia. Te tira abajo todo lo que pensas. O te señala algo que veías siempre y te lo cambia de perspectiva. Es más jugado. Más transgresor. Y no sólo eso. Sino que te deja lugar a tu reacción. Un arte que te diga "soy esto y esto y esto", que se explique, que se defina, que no deje lugar a explicaciones, críticas, opiniones diversas, no es arte. Porque el arte es un diálogo. Y lo que la gente está perdiendo es la capacidad del diálogo. Si analizan mucho a su alrededor verán que la gente en su mayoría no dialoga. No le dice las cosas que le quiere decir a gente que tiene cercana. Entonces, ante la imposibilidad de diálogo, nos dan un monólogo. Nos ponen al bicho de District 9 armando la flor. Nos bajan el pizarrón y nos dicen "Esto pasó por esto y por esto." No nos dejan nada al azar, para que nosotros recreemos. Nos dejan mirando a Barney, obnubilados.

sabrina dijo...

waw!
no
puedo
coincidir
mas
waw!

Sonia dijo...

Wilfredo estoy virtualmente enamorada de vos...
jaja...

Anónimo dijo...

te entiendo, wil
como que uno se siente alienigena a veces... y viendo lo que esta al rededor, viendo a rial y a meet the parents 3... esta bien sentise alienigena... esta muy bien

german her man dijo...

Tenes razon, y con eso del post anterior tambien. Lo de escuchar musica de otros lugares. Esta barbaro que te guste Oasis ponele. Pero te aseguro que hay bandas de Escocia o Rusia o Hungría que suenan como Oasis y que jamas conoceras. Porque pasan esas cosas?? Porque la gente no se interesa??

Wilfredo Rosas dijo...

Sabrina,
¡Al fin coincidimos!

Sonia,
Y yo estoy no virtualmente sino realmente agradecido.

Anónimo,
Creo que ya lo dije en los comentarios de un post anterior, pero acá va: Mark Twain: "Cada vez que te encuentres en el lado de la mayoría, es hora de hacer una pausa y reflexionar."

German her man,
Primero, me encantó tu nick. Segundo, tu segunda pregunta contestó tu primera. ¿Por qué pasan esas cosas? Porque la gente no se interesa. Porque nos quedamos mirando a Barney. Porque es más cómodo así. Estamos muy bajo el brazo de Google. Buscamos algo y lo obtenemos inmediatamente. No investigamos. No penetramos. No nos interesamos. No crecemos.

Anónimo dijo...

interesante

Anónimo dijo...

me sumo a la confesion de sonia

Blondie dijo...

Wilfred Sonia es la amiga que te había contado!

posta está virtualmente enamorada y encima está buena!

BTW que bueno volviste!

exekiel dijo...

blondie: ahora entiendo xq wil pone el mail a la vista: pa tu amiga! comparti wil!

Anónimo dijo...

recomendas una serie, will?

Wilfredo Rosas dijo...

Anónimo 1,
Interesante comentario.

Anónimo 2,
Sorprendido y agradecido. Aunque, confieso, debo reconocer el atrevimiento de quien lo dijo primero.

Blondie,
El mundo es un pañuelo.

Exekiel,
Vamos, señor. Seamos caballero.

Anónimo 3,
La recomendación depende de muchas cosas. Qué género te interesa. Qué series te han gustado. ¿Qué es lo que buscás, más o menos? De repente me siento como un encargado de videoclub. Siempre me hubiera gustado trabajar en un videoclub. O ponerme un videoclub. Maldita sea, creo que voy a hacerlo. Sep, lo haré. Gracias, anónimo 3. Tu comentario cambió mi vida. Y en un futuro, cuando sea un feliz dueño de un videclub, atesoraré tu nombre, anónimo 3, como responsable único de mi felicidad.

rod dijo...

jajajajajjaajj
q capo! taria bueno un chat de atrapado en la oficina!!!!

Anónimo dijo...

"Porque el arte es un diálogo. Y lo que la gente está perdiendo es la capacidad del diálogo. Si analizan mucho a su alrededor verán que la gente en su mayoría no dialoga. No le dice las cosas que le quiere decir a gente que tiene cercana."

EXCELENTE!

"no es saludable ser parte de una sociedad enferma"

Jiddu krishnamurti

PD: ya no trabajo mas en una oficina will!

Anónimo dijo...

si te gusta la música y el humor medio "ironico, desopilante" (no me gusta la palabra desopilante se me hace muy a critica barata de cine) . yo recomiendo flight of the flight of the conchords, que la pasan por hbo creo.

Wilfredo Rosas dijo...

Flight of the Conchords es una serie hermosa.

Sonia dijo...

(suspiros...)
jajajaja....wiiill...
Make my daay!...espero ansiosa tu próximo post :)
Somos varios los que estamos atrapados en una gris oficina en un día hermoso como el de hoy.

El bicho que camina dijo...

Hola Wil, realmente fantástico tu blog, em enganche con el y no lo puedo soltar. Por favor seguí!

Un abrazo desde Asunción*Paraguay

Ceci Fernandez dijo...

Hola wil como estás????